Durante nuestra estancia en el instituto fue Lalo como le apodamos quién comenzó a iniciarme en el sexo gay. Me tocaba las nalgas, subía a mi litera mientras veíamos alguna película con nuestros compañeros de dormitorio, aprovechaba para tocarme la verga y manosearme. Yo veía todo eso como un juego entre amigos, ya que hasta ese momento Lalo era el mujeriego del colegio, e incluso me llegaba a contar como se cogía a varias chavas. Esa fue la primera vez que mi boca tuvo una verga y semen. En fin, para no aburrirlos tanto, llego el día en que él se dio de baja y para mi mala suerte no lo volví a ver. Supe que se regresó a su ciudad, que se casó hace ya un año y que hace un mes nació su primer hijo. Durante todo este tiempo que no lo vi, exactamente 3 años, nuestro medio de comunicación era vía celular, me contaba sus sexo aventuras con chavas, como conoció a la que ahora es su esposa y cómo le estaba yendo en su nuevo matrimonio, e incluso me llego a mencionar que deseaba poder sentir otra mamada mía, aunque ahora estaba de por medio su familia y la distancia. Trabajaba cuando sentí mi teléfono vibrar, era Lalo, llamando con insistencia. Pase por él a la central, y si que el matrimonio y el tiempo habían hecho su trabajo.
Con un hetero funciona el simple deseo, la calentura del momento, una mirada braguetera en el baño, un levantón de cabeza y a encerrarse en uno de los privados. La mayoría de los heteros que aflojan se vuelven tus grandes amigos, a veces para repetir, a veces para hacerte confidencias. Salvo que el chico ande soltando la sopa. Entonces sí, vale madre el asunto.
Soy Angelica, una preciosa latina de 24 abriles a la que le encanta el amor y pasarlo perfectamente. Soy bastante. Afectivo y cariñosa, te cautivar. Hola, soy Leidy. Una española explosiva.