España es un país rebosante de gente hermosísima e inteligente. Si vivir en España es sumamente placentero, residir en Madrid duplica esa sensación. Vivir en esta espléndida ciudad y no hacer uso de sus espacios, es desperdiciar la oportunidad de vivir intensamente una bonita experiencia con la chica de nuestros sueños. No se trata solo de empezar a conocerla y charlar de diversos temas, no, lo mejor es propiciar instantes especiales que perduren en la memoria y se conviertan en recuerdos inolvidables.
Es la mejor forma de expresarle tus sentimientos y decirle que ella es en lo primero que piensas cuando te despiertas. Te envío todo mi amor en este pequeño saludo y también deseo que, cuando leas mi mensaje, te sientas feliz. El mío ya lo es con solo acordarme de ti. Eres tan dulce, tierna y amable que pienso en ti en cada latido de mi corazón. Ah, se me olvidaba… quiero verte para besarte y abrazarte fuertemente.
El sexo, que venía a ser un aliciente, un elemento accesorio en sus vidas presuntamente plenas, podría ser al final todo lo que queda entre ellos. Como suele en el cine argentino, el país acaba siendo el otro gran tema de la película, retratado a través de una clase pudiente y sus contradicciones pamplinosas, dispuesta a acostarse con desconocidos no movida por el deseo o la fantasía sino porque son - tremenda esta afirmación, puesta en boca de Emilia - gente linda, gente cool. Este tema, que bien podría ser el gran tema de la película en un tópico tan trillado como el de la experimentación sexual, acaba perdido y sin desarrollo poco después de formularse, principalmente porque los personajes - a quienes el guionista quiere mucho, extremo no siempre deseable - son redimidos constantemente.